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Es difícil saber  que no me quieres, que ni siquiera  quieres verme. Es casi imposible no imaginarme tus labios rosando los míos, ya que me hacías volar entre caricias y palabras susurradas. No puedo hacerme a la idea de ya no tenerte, de ya no poder ni mirarte, ni aunque sea de reojo por miedo a que te enojes, o tal vez que te des cuenta que no he dejado de pensarte, de imaginarte junto a mí y no sientas lo mismo que antes. Es raro que fuera tan rápido,  que luego de tan dulces palabras hoy no sientas  nada, que luego de tan dulces besos ya ni podamos vernos. Me duele que antes solo sonreirá cuando te tenía cerca y ahora solo retengo lagrima e intento desatarme el nudo de la garganta que se me hace cuando ya ni te das vuelta a mirarme, cuando me cuentan de tu vida y no puedo estar yo en esa vida. Te extraño hace ya dos meces que sueño…